jueves, 9 de abril de 2009

Gracias Fidel.

Desde que tengo uso de razon estoy escuchando que nosotros los cubanos, y principalmente los que nacimos despues de 1959, tenemos que agradecerle a Fidel Castro desde la primera vacuna, y la primera letra aprendida, hasta todo lo que logremos alcanzar; nuestro esfuerzo, nuestro empeño, el sacrificio y los desvelos de nuestros padres, carecen de importancia en nuestra historia, lo verdaderamente importante es que desde que despertamos y durante todo el dia, y durante cada uno de los dias de nuestra existencia, tenemos que dar las gracias a Fidel Castro y a eso que llaman Revolucion, por todas las cosas positivas que nos sucedan, las cosas malas y desagradables son agresiones imperialistas, son consecuencias de los ataques del enemigo.
Yo acepto con orgullo mi condicion de cubano y doy gracias a Dios todos los dias por la familia en la que naci. Estoy,como tantos otros millones de personas, convencido de que tuve los mejores padres del mundo. Pero yo no escogi ni a mis padres, ni mi pais y mucho menos, la fecha en que naci, por lo tanto, siempre me he negado rotundamente a dar gracias por algo que no creo que tenga que agradecer, el haber nacido en Cuba bajo la Tirania Castrista no me obliga a dar las gracias a esa Dictadura por cada paso que di, por cada molecula de oxigeno que respire. Alli todo esta bajo el control del Estado; no hay otra opcion, entonces por que tengo que dar gracias por haber ido a una escuela del Estado o a un Policlinico del Estado, si no existia otra alternativa.
Durante mucho tiempo y en un proceso mental agotador he tratado de encontrar una razon, o un motivo por el cual dar gracias a Fidel Castro. Siempre que se toca el tema cubano, y la realidad cubana, ya sea en una conversacion o en un foro de Internet, soy un acerrimo critico del Castrismo, tanto que tengo todos los signos tipicos de un cuadro de Castrofobia, y para no aparecer siempre como un intransigente o un recalcitrante, me empeñe en buscar algun motivo por el cual poder decir, _ Pero reconozco que gracias a Fidel tengo esto o tuve lo otro. Pero de la misma manera que como nacion, creo que Cuba no tiene nada que agradecer a estos cincuenta años de ferrea dictadura Castrista, sino todo lo contrario; en el orden personal se me hacia igualmente dificil encontrar algun motivo que me hiciera ver un punto blanco o un toque gris en el inmenso lienzo negro que fue para mi la experiencia de sobrevivir bajo la tirania Castro-Comunista.
Hasta que encontre una razon, lo que seguramente es mi mayor riqueza y tesoro mas valioso; mi espiritualidad, mi fe. La base sobre la que se sostiene mi existencia y donde he encontrado la fuerza que me ha empujado hacia adelante en los momentos mas dificiles de mi vida. Conoci a Jesus, gracias a Fidel.
A principios de los años 80, y despues de la Embajada del Peru y el Mariel, con catorce años de edad y condenado por las circunstancias a permanecer en la isla-prision, que es lo que han convertido a la Perla de las Antillas el Bandolero en Jefe y su pandilla de bergantes. Senti la necesidad de rebelarme ante la realidad que me habian impuesto y de mostrar mi desacuerdo con el sistema. En aquellos momentos no se conocian lo que eran los derechos humanos, ni se hablaba de grupos opositores. Todo ese movimiento opositor pacifico eclosiono años despues.
Desde comienzos de la llamada Revolucion, Fidel Castro se dio a la tarea de crear su imagen como un nuevo Mesias, y de ser el ser omnipotente, y omnipresente en la vida de todos los cubanos y sobre todo, ser infalible. Y para su megalomano proyecto necesitaba erradicar de la mente de los cubanos todo pensamiento y creencia en un ser superior a el y que escapara de su terrenal control. Para lograr su objetivo escogio sus metodos predilectos, el terror , la intimidacion, y la represion; y se propuso erradicar la religion catolica y otras denominaciones religiosas de la vida social de la nacion, expulso sacerdotes del pais, confino a seminaristas a Campos de Concentracion, las llamadas Unidades Militares de Apoyo a la Produccion(U.M.A.P.), cerro escuelas religiosas, convirtio templos en almacenes de fertilizantes y creo un nuevo sistema de enseñanza del que hemos formado parte todos los cubanos nacidos despues de 1959 en el que nos enseñaban que uno mas uno es igual a dos y al mismo tiempo, que Dios no existia, que eso era un invento de los capitalistas explotadores para someter a los pueblos y que la Revolucion nos habia liberado de esa mentira. Por lo tanto el que aun mantuviera la creencia en Dios y asistiera a la Iglesia, pertenecia al pasado, era una desafecto al sistema, un confeso contrarrevolucionario y enemigo del pueblo, por lo que no se podia permitir que personas como esas llevaran a cabo sus planes de atacar a la revolucion cumpliendo ordenes de los curas pagados por el Imperialismo Yanqui, y de esta manera se justificaba la represion que sufrian los practicantes de alguna religion en Cuba, a los cuales se expulsaban o se les prohibia acceder a determinados puestos de trabajo, estudios superiores, etc.
Este era el ambiente antirreligioso que existia en la Cuba de 1980, por lo que ver a un muchacho de 14 años entrar en una Iglesia era algo fuera de lo comun, ya que a los cultos solo asistian, en su mayoria, personas de avanzada edad que tenian su fe muy arraigada y que habian decidido permanecer firmes y leales a Dios,a pesar del hostigamiento y la represion.
Empece a asistir a la Iglesia del Sagrado Corazon de Jesus(Iglesia de Reina) que era la que me quedaba cerca de casa y a la que mi mama entraba cuando salia de compras a las tiendas de la calle Reina cuando le tocaba comprar a los que tenian la libreta del grupo E-2.
Iba a la Iglesia no por fe o porque creyera firmemente en Dios, iba como un acto de rebeldia y sin saberlo, buscando una respuesta, un sentido a mi vida.
Que me vieran entrando y saliendo de la Iglesia era mi particular manera de decirle a la dictadura que no creia en su discurso mentiroso, que me resistia a obedecerlos y que estaba haciendo lo que ellos querian que yo no hiciera, ir a la Iglesia.
Al poco tiempo mi asistencia a la Iglesia ademas de ser un acto de rebeldia era tambien una necesidad espiritual, Dios sin violencia y sin amenazas habia encontrado la forma de ir penetrando en mi corazon y de darle un nuevo sentido a mi vida.
Hoy cuando veo con tristeza como muchos jovenes en los paises libres y democraticos no valoran el privilegio que gozan, y donde creer en Dios para muchos de ellos es algo pasado de moda y buscan en la droga y en la violencia un sentido para sus vidas. Muchas veces me pregunto si de haber nacido en las mismas circunstancias que ellos, no estaria yo tambien perdido, desorientado, buscando la verdad en las tinieblas. Seguramente que Dios tambien en esos caminos llama a sus hijos y solo quienes se niegan a escuchar persisten en alejarse. Pero como yo recorri otro, ese es el que conozco y a ese llegue empujado por mi condicion de joven harto de tanta propaganda comunista y alergico a todo ese sistema de CDR, marchas combatientes, desfiles, circulos de estudio, organizaciones de masa y simulacion colectiva. Quizas sea ese, y aun no estoy seguro, lo unico positivo que haya sacado a mi experiencia de vivir en la Cuba posterior al año 1959.

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