viernes, 4 de marzo de 2011

Comandante Castells.In Memoriam.


Hay personas que pasan a la historia de un pueblo, de una nación o de la Humanidad y llegan a nosotros de la manera en la que han esculpido su imagen los cinceles del tiempo, las narraciones de quienes le conocieron o escucharon hablar de ellos, los trabajos de investigadores e historiadores y muchas veces se enaltece o se envilece al personaje según sea el deseo o los criterios de quien escribe sobre él. Muchos de los grandes personajes de la Historia que hoy son ejemplos de honestidad, valor, y fidelidad, seguramente que como todo ser humano lleno de virtudes y defectos también tuvieron sus episodios de egoísmo, soberbia y cobardía; de la misma forma aquellos que hoy conocemos como ejemplos de extrema crueldad y de los más bajos instintos del ser humano, también deben de haber sentido alguna vez amor hacia su madre, o experimentado al menos un instante de sus degeneradas existencias el amor paternal o aunque sea alguna manifestación por muy primitiva que fuera del más sublime de los sentimientos.
Se dice que la historia la escriben los triunfadores y se fustiga al vencido, por lo que la aureola del personaje o el matiz de los hechos acontecidos dependerán del lado en que haya permanecido, en el flanco de los victoriosos o en el foso de los vencidos.
También los puntos de vista y la misma historia cambian si se analiza al personaje a partir de los criterios y experiencias de familiares y amigos, muchas veces los sentimientos que despierta la persona en el reducido grupo de familiares y de gente con las que se rodeó y tuvo contacto, es muy diferente a la idea general y a los sentimientos que provoca en la mayoría de la gente, ya sean contemporáneos o que obtienen la referencia a través de un libro de historia, un documental, o un artículo en el periódico. Son muchos los casos de admiradas figuras populares que son reverenciadas por las masas y sin embargo fueron crueles, y despiadadas con sus hijos y gente más allegada. Y lo contrario podemos seguramente decir de aquellos que hoy nos provocan pavor y el más absoluto rechazo.
La persona más conocida de mi familia, la que ha pasado a la Historia y la que me sirve de referencia para saber si un Castells es o no familiar cercano mío, es Pedro Abraham Castells Varela, hermano de mi abuelo Fernando María Castells Varela.
Pedro Abraham Castells Varela fue un conocido militar en su época, fue Jefe del Presidio del Castillo del Príncipe, en La Habana y alcanzó su máximo reconocimiento durante el gobierno de Gerardo Machado donde fue nombrado como jefe del Presidio Modelo de Isla de Pinos alcanzando el grado de Comandante.
Del Comandante Pedro A Castells me han llegado referencia por dos vías, por las anécdotas e historias que me conto mi padre y personas que escucharon sobre él a personas que lo conocieron personalmente y por las cosas que he leído sobre él y que escribió Pablo de la Torriente Brau en su libro sobre el Presidio Modelo de Isla de Pinos y posteriores alabarderos del Regimen de La Habana que dando como veraces las acusaciones, ofensas y descalificaciones del escritor puertorriqueño se han dedicado a escribir artículos sobre la tenebrosa Prisión de Isla de Pinos bajo la jefatura del Comandante Castells y obvian con absoluto desparpajo la aun mas tenebrosa historia del Presidio Modelo después de la llegada al poder de Fidel Castro y sus cuatreros, que convirtieron a la Prisión de Isla de Pinos en un campo de concentración donde encerraron a opositores y desafectos al nuevo régimen y donde se cometieron asesinatos, torturas y episodios de extrema violencia y crueldad, llegando incluso a estar dinamitadas las circulares de la Prisión para ser voladas por los aires cuando Fidel Castro diera la orden.
Los años que he vivido me han enseñado a desconfiar de lo que dice, o escribe algún comunista, porque en el ejercicio del engaño, el embuste, el robo y en la intriga no hay quien le gane a ese tipo de espécimen, por lo tanto, lo que escribió Pablo de La Torriente Brau será siempre para mí objeto de duda, el que sea un comunista el que haya vertido todas estas descalificaciones es de por sí motivo para la desconfianza o al menos para el justo ejercicio de la duda. No niego de manera categórica todo lo negativo que se ha escrito sobre el Comandante Castells, pero tampoco me siento obligado a darlo por cierto teniendo en cuenta lo desconfiable que es la fuente.
Mi padre me contaba que cuando era pequeño mi abuelo lo llevaba a visitar al tío al Castillo del Príncipe y como muchacho al fin se sentía impresionado por el respeto militar que recibían por parte de quienes lo acompañaban hasta la oficina donde los esperaba el Capitán Castells. Mi abuelo, según me contó mi padre, nunca acepto las acusaciones que se vertían sobre su hermano, defendió la inocencia de este hasta el final, cuando años después en la prensa salían los detalles del juicio que se estaba llevando en contra del Comandante Castells mi abuelo decía que todas esas acusaciones eran falsas y todo era una gran campaña en contra de su hermano, al final, al Comandante Castells no se le pudieron probar las acusaciones y salió absuelto.
Mi padre me contó que una vez el Comandante Castells se enteró que su esposa estaba mandando la ropa de la casa a la lavandería de la Prisión y esto provocó un conflicto familiar porque él entendía que la lavandería de la instalación era para prestar servicio a la Prisión, para lavar los uniformes de los reclusos, del personal de la cárcel y para uso estricto de la Prisión y no para servicio de la familia del jefe de la Prisión y le prohibió a su mujer que volviera a hacer uso de alguna instalación de la Prisión, que si quería mandar la ropa a la lavandería que lo hiciera, pero no a la del recinto carcelario.
Una tarde que estaba lloviendo y uno de los hijos de Castells tenía un examen en la Universidad, la esposa le insinuó que mandara al Chofer a llevar al muchacho a la Universidad para que no perdiera el examen, a lo que este respondió que el Chofer solo estaba para servicio de los asuntos relacionados con la prisión y si el muchacho necesitaba un carro para trasladarse a la Universidad que pidiera uno de alquiler.
Estas anécdotas revelan al Comandante Castells con un elevado concepto de lo que es la honestidad y su negación a utilizar su poder en beneficio propio o de su familia, contrasta este aspecto con las acusaciones provenientes de periodistas al servicio del Castrismo empeñados en presentarlo como un militar corrupto.
Estando yo trabajando en Camagüey, un lugareño al saber que yo estaba emparentado con el Comandante Castells me comentó el caso de un viejo amigo suyo que estuvo en la Prisión de Isla de Pinos y que sentía un profundo respeto y agradecimiento por el Comandante Castells, ese Señor había sido condenado por un crimen pasional, había matado a su esposa y se encontraba en aquella prisión cumpliendo la condena, según su historia el Comandante Castells al ver su comportamiento en la prisión le dijo: Es verdad que tu eres carpintero?, le respondió que sí, entonces el Comandante le dió la oportunidad de trabajar en las tareas de carpintería de la Prisión y fue ganándose poco a poco su confianza y respeto. Este Señor manifestaba un profundo sentimiento de agradecimiento y de respeto hacia aquel que creyó en él como persona y como hombre trabajador.
Encontrándome trabajando en La Habana, después de terminar el Servicio Social en la provincia de Camagüey, para mi sorpresa la persona que estaba al frente del Departamento donde trabajaba, me contó que su papá fue ayudante del Comandante Castells y que siempre hablaba de él con mucha admiración y lo recordaba con su manía característica de tensar los tirantes del pantalón con los dedos pulgares de sus manos.
Las historias que escuche sobre el Comandante Castells lo revelaban como un hombre íntegro y con elevados conceptos de lo que era la honradez, la lealtad y la responsabilidad; valores que olvidan con todo propósito sus más enconados críticos.
Cómo entonces, poder hacernos una idea lo más real posible del Comandante Castells, como hombre y como militar? De qué manera podemos encajar las historias sobre su persona? Sabemos que no fue un Santo, pero tampoco fue el monstruo insaciable del que habla de La Torriente Brau. Teniendo en cuenta que al Presidio Modelo de Isla de Pinos iban a parar connotados asesinos y criminales y que el mantener la disciplina del recinto era una tarea imprescindible y sumamente difícil, me inclino a pensar que el Comandante Castells tenía su particular concepto de administrar justicia y mantener el orden establecido con una disciplina de mano dura, lo que lo llevo a cometer excesos que son repudiables, pero sin llegar a ser esa figura macabra y extremadamente cruel que han tratado de crearle con el paso de los años; cubriendo con el velo del olvido cualquier vestigio de humanidad y buenos principios.
Con el paso de los años cada vez serán menos los cubanos que escuchen hablar del Comandante Castells ya que los tiempos que le tocó vivir cada vez estarán más lejos en el tiempo y en el interés de las nuevas generaciones de cubanos. Su figura quedará estrechamente ligada a la historia de Isla de Pinos y a la del Presidio Modelo. Pero para su familia, el Comandante Castells siempre será un ejemplo de hombre leal a sus principios, celoso en el cumplimiento de su deber, y sobre todas las cosas, un hombre honrado que creyó que la honestidad y la lealtad, eran valores imperecederos.
Descanse en paz, Comandante Castells.